martes, 27 de mayo de 2014

PENTÁGONO

Karen Mollisaca Pacoricona
¿Qué festejamos?
Un hombre  cargaba una piedra y subía una montaña  inmensa, llegaba  a lo más alto y botaba la piedra, esta acción lo repetía todos los días de su vida, dirán que esta pequeña ilustración no viene al caso, sin embargo refleja el diario sacrificio que hace un periodista, él va en busca de una noticia novedosa, la “primicia”. Una vez obtenida , busca que esta noticia  salga en la portada, esta acción es repetida cada día ya que aquella solo es para ese día, una vez ya publicada es  pasada y otra vez al siguiente día  a conseguir una noticia más novedosa que la anterior, eso no fácil.

El 10 de mayo de 1938, Germán Busch decretó el Día del Periodista. Que es la persona que materializa el derecho a la información, la formación del periodista es saber mostrar una noticia como novedosa y actual, que sea de  comprensión inmediata por cualquier lector, televidente o radioescucha. Por lo cual la prensa no es por sí sola buena ni mala. Depende cómo se la práctica,  Bolivia tiene buenos y malos periodistas, para practicar una buena prensa se necesita vocación más que casualidad. El ser periodista es una pasión y no muchos tienen la vocación para ejercer tan noble trabajo que forma parte de la vida de todas las personas tanto para el periodista como para la sociedad que se informa atreves de su trabajo.

Gabriel García Márquez  defendió siempre la profesión y definía su ejercicio de la siguiente manera: “Pues el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente”.

Comunicadores empíricos han desplazado a los periodistas profesionales, de la pantalla, micrófonos y de las redacciones. La autocensura es otra problemática para debatir. Con periodistas mal pagados y mal formados, esta profesión  pierde. Que este día sirva para reflexionar  y darnos cuenta del verdadero  trasfondo de la realidad de un periodista.

El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo, con la ventaja de que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite tirar la toalla”.

Gabriel García Márquez, Textos costeños. Obra periodística 1, Barcelona, Mondadori, 1992.
14:25 Hrs.

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