LANZALLAMAS

Rodrigo Villegas Rodríguez

Amanece en La Paz. Las estrellas van apagándose y la luna se va escondiendo. Alfredo Mamani, con los ojos lagañientos y semiabiertos, despierta a las seis de la mañana en su casa ubicada en la calle Kollasuyo.

Hace mucho frío y los vientos soplan intensamente. Alfredo se levanta de la cama y se viste apresuradamente ya que sólo tiene media hora para llegar a la zona de Achumani, lugar en donde se lleva a cabo la construcción de una casa de tres pisos en la que trabaja de ayudante de albañil. Su jornada  empieza a las seis y media de la mañana.

Muchos se preguntarán por qué tan temprano, si habitualmente los que realizan la misma labor en la ciudad entran a las ocho de la mañana aproximadamente. Lo que pasa es que Alfredo participa del cuerpo de trabajo de lo que se le denomina como “contrato”. Esta modalidad de empleo se basa en que el arquitecto y el contratista quedan en una fecha determinada para la entrega de la obra. Una vez pactada la fecha, el contratista recluta los albañiles y ayudantes necesarios para la elaboración del proyecto. Estos plazos suelen ser cortos y los trabajadores, de bajos recursos, trabajan de diez a doce horas por día aproximadamente.

Es un trabajo de mucho riesgo ya que trabajan en muy pobres condiciones y no cuentan con un seguro de salud que los socorra ni algo parecido. Ante esta situación Alfredo ya había pensado dejar ese trabajo por lo extenuante que llegaba a ser, mas no lo pudo hacer debido que fue el único trabajo con paga regular que pudo encontrar en un mes de búsqueda.

Pero la causa trascendental  de esta decisión fue su familia. Tiene una esposa y tres hijos, de los cuales él es el único encargado de cubrir sus necesidades.

Ésta es la triste realidad de Alfredo y todos los albañiles y ayudantes, que deben llevar el sustento día tras día a sus familias, consagrando su cuerpo y dando su vida por aquellos que aman.

En este primero de mayo, día internacional del trabajo, celebramos a todos los trabajadores, pero siempre olvidamos a estos esforzados  hombres que trabajan de una manera tan sacrificada en la cual empeñan cada aliento que les queda. ¡¡Fuerza hermanos!! y gracias por demostrarnos que de una manera digna y valiente se puede avanzar en esta vida y ayudar a los que queremos.


18:00 Hrs.



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